¿Estás intentando escribir un blues y no sabes por dónde empezar? ¿Te has sentado mil veces con la guitarra y no sacas nada en claro? Pues vamos al lío.
A la hora de escribir un blues podemos complicarnos todo lo que queramos y más, y seguro que con un poco de experiencia lo irás haciendo. Pero al principio nos vamos a ir a algo menos complejo. Aquí te traigo 5 consejos para escribir un blues que mole, sencillo pero resultón.
1. Escuchar mucho blues
Si quieres escribir un tema de blues tienes que conocerlo bien, cómo suena, qué sensaciones te transmite. Es fundamental escuchar mucho blues. Esto puede que te parezca obvio, pero no para todo el mundo lo es, así que prepara los auriculares y búscate temas de los grandes bluesmen de la historia de la música. ¿Te apetece? Aquí llevas algunos nombres:
- Robert Johnson
- B.B. King
- Muddy Waters
- John Lee Hocker
2. Elige una temática
Mucho se ha escrito de la temática del blues, y la opinión generalizada es que es un tipo de música triste y melancólica. Hay muchos filones en los que meterse en faena y el desamor es uno de los grandes temas recurrentes en el blues. En la película Crossroads (1986) Willie le dice a Eugene que “el blues no es más que un hombre que se siente mal pensando en la mujer con quien estuvo una vez”. Si no has visto Crossroads, te la recomiendo.
Más información sobre Crossroads
Pero los temas de blues no tienen por qué ser siempre tristes y melancólicos. Hay canciones argumentadas en diferentes temáticas, así que elige tú mismo de qué quieres hablar. Algo que a ti te guste y que te llene de verdad.
Dale un toque de verdad a la ficción
Aunque elijas “inventarte” un argumento, meter parte de vivencias propias es genial. La canción va a tomar mucho peso porque te va a ser más fácil escribir la letra. Y es fantástico difuminar los límites entre lo que es real y lo que no. Tampoco hace falta que cuentes tu vida si no quieres, pero esos pequeños detalles de realidad le van a aportar mucho a la construcción de la letra.
Escribir, escribir y escribir
¿Síndrome de la hoja en blanco? No intentes crear de la nada la canción. Puede ser muy complicado. Date un tiempo anotando palabras, frases, argumentos, incluso haciendo pequeños dibujos. Llena páginas con todo esto y ve quedándote con lo que te remueve por dentro.
3. Establece la estructura musical
Bueno, ¿y qué es esto de la estructura? El blues frecuentemente está dividido en bloques iguales en cuanto a formato, que se van repitiendo hasta el final de la canción (digo frecuentemente porque no es siempre así). Ahora es el momento de definir la forma que tendrá ese bloque. Busca la que más te guste o tírate a por algo más clásico.
El blues de 12 compases
Una forma de las más clásicas es el blues de 12 compases, que van distribuidos en tres grupos de 4 compases cada uno. De esta forma, el primer grupo nos da la entrada, el segundo nos sube arriba y el tercero nos resuelve la estrofa y nos prepara para la siguiente (o para el final del tema).
¿Quieres saber más cosas de este tipo de blues? Te lo explico en este artículo:
¿Aún sin saber qué es el blues de 12 compases?
4. Distribuir la letra
Vamos a seguir con el clásico blues de 12 compases, que nunca falla. Para ello vamos a escribir dos frases. Sí, has leído bien, sólo dos: primera frase, repetir primera frase y segunda frase. Qué fácil. Podemos poner un ejemplo de esta estructura AAB con la letra del tema Bajo la lluvia, del disco Noches en vela:
Tu imagen vuelve otra vez, la lluvia trae tu recuerdo.
Tu imagen vuelve otra vez, la lluvia trae tu recuerdo.
La poesía de tus curvas, la suave magia de tus besos.
Personalmente, me decanto más por la estructura AA’B, igual que la anterior, pero la repetición de la primera frase se hace con alguna variación. Esta técnica le da mayor dinamismo:
Tu imagen vuelve otra vez, la lluvia trae tu recuerdo.
Tu imagen vuelve otra vez arrancando pedazos de mi alma.
La poesía de tus curvas, la suave magia de tus besos.
Mucho mejor, ¿verdad? Pues ya sólo me falta decirte que queda muy bien distribuir la letra por los primeros tres compases de cada grupo de cuatro, y el compás restante de cada grupo dedicarlo a colocar algún riff u otro adorno. Esto hace que el tema se quede redondo del todo.
5. Repasa el resultado y no te quedes con lo primero
¿Ya tienes tu nuevo blues listo? Aunque creas que sí, aún te falta una parte fundamental: tienes que machacar y baquetear el tema. Tócalo, cántalo, hazlo tuyo, corrige lo que no haya quedado bien, cambia todo aquello que no te guste. Tienes que dejarlo perfecto. Por eso es muy importante no quedarte con el primer resultado que produzcas. Sigue dándole vueltas y exprímelo al máximo hasta que se te erice el vello al escucharlo.
Y como has podido leer, no ha sido tan difícil. Hemos empezado por escuchar mucho blues, escribir palabras y frases que hay escondidas en lo más profundo de nosotros mismos, definir la estructura del tema que vamos a crear, organizar todas esas palabras y frases, colocarlas en la estructura blusera y ajustarlo todo para que quede perfecto. Ahí tenemos un blues de los que molan, sobre todo porque lo has escrito tú mismo.
Hasta la próxima!!
Juan Trece
juantrece.com